miércoles, 24 de abril de 2013

1 Exposicion "El papel de la Gran Bretaña"


El papel de la Gran Bretaña
La metrópoli más afortunada ha sido Gran Bretaña, mucho de los factores de su éxito se hallan en el propio territorio de las islas Británicas. En medida en que la cultura se extendió, las islas Británicas constituían puntos avanzados de las fronteras. Gran parte de su fértil suelo estaba cubierto originalmente de bosques y pantanos, y el único mineral valioso extraído desde los tiempos primitivos era el estaño. Durante un milenio fueron sujetas a sucesivas conquistas; por espacio de otros quinientos años, pequeños pedazos aislados del territorio quedaron en manos de los gobernantes. La conquista militar más espectacular, pero no más importante que la posición de las islas, dedicado a la cría de ganado ovino.
Los descubrimientos reorientaron a Europa. Las islas Británicas se hallaron en la primera fila del nuevo teatro, del comercio mundial y del gran centro comercial del norte de Europa. Las preocupaciones de la defensa continental constaron a Francia la pérdida de su primer imperio colonial. Inglaterra consiguió la integración de la mitad del sur de las islas. Estos pasos fueron, en el exterior, el símbolo del carácter interno del Estado británico. Su clima es el menos lluvioso y su agricultura se apoya menos en el cultivo de la tierra que en las regiones más húmedas.
A causa de que no hay otra parte de las Islas Británicas que posea una combinación de condiciones naturales, la llanura inglesa ha asumido el predominio agrícola y comercial.

Para asegurar la ruta marítima y el cruce del Támesis fue construido el camino complementario del sur desde Colchester. Des un foco en Londres, los romanos construyeron caminos radiales que abarcaban la llanura inglesa y las tierras bajas que la rodean. Al noroeste, a través del Midland, un camino que surge en Wroxeter, cerca del paso del río Severn.
Muchos de los antiguos caminos romanos están destinados hoy al tráfico principal y el sistema de su trazado, establecido por los romanos. Cuando los inmigrantes procedentes del otro lado del Mar del Norte vinieron a suplantar los gobiernos romanos, deshicieron  una parte del trabajo de sus precesores, sólo para tener que rehacerlo casi sobre el mismo patrón. Estos conquistadores de la Frisia de Escandinavia, vinieron como pequeños grupos de pobladores sin ayuda militar desde su tierra de origen.
Finalmente, los sajones orientales atravesaron la barrera de Londres y cruzaron el Támesis para fundar su dominio septentrional: Surrey, Essex y Wessex, formaron entonces sus reinos y fundaron las bases del Estado inglés. Las expediciones armadas en la meseta de Welsh produjeron victorias, pero no la lealtad de los pueblos y, la más remota, grande y bárbara Escocia, protegida por sus montañas y enriquecida por sus llanuras, resistió a la conquista hasta mucho después de la consolidación de Inglaterra.
Inglaterra surgió de la guerra civil como un Estado moderadamente centralizado y la llanura inglesa duplicó su riqueza, basada ahora en los puertos tanto como en el suelo fértil. Apenas había sido aceptada la revolución comercial como un hecho incontrastable, la Revolución Industrial vino a ampliar la base económica de la sociedad inglesa y a fortalecer el Imperio. Pequeñas zonas con fuerza hidráulica, situadas en las tierras altas del centro y norte de Inglaterra, dieron a la manufactura su primer impulso, pero su florecimiento ocurrió con los inventos y aplicaciones que transformaron la sociedad industrial sobre nuevas bases: el carbón y el hierro.
De este modo, las nuevas técnicas enderezaron la balanza, tanto dentro de Inglaterra como entre el sureste y noroeste. Escocia y gales, que poseían carbón, siguieron a Inglaterra en este despertar completando así la consolidación  económica de Gran Bretaña, aunque no la centralización política. Irlanda, carente de oportunidades para el comercio y no teniendo carbón ni hierro, permaneció siendo una provincia agrícola y aumento sus diferencias con Inglaterra.
Cuando Gran Bretaña, afortunada en cuanto al dominio del mundo colonial, intento someter a sus colonias más adelante a una fuerte subordinación económica, estas se rebelaron y, con la ayuda de Francia, cortaron sus amarres con la metrópoli. Como resultado de esta costosa lección, el Imperio, en las latitudes medias, se transformó con el tiempo en la Comunidad Británica de Naciones.
Fundamentos geopolíticos del Imperio Británico.
Este imperio, sin paralelo en la historia, fue posible porque no existe más que unas Islas Británicas. Estas se encuentran cerca de Europa, frente a ella, y participan de si vida económica y política, pero están separadas del continente por una zona de agua que las hace inmunes a las invasiones, mientras los isleños mantengan una poderosa marina.
La ventaja de Inglaterra en el dominio colonial se duplico cuando la industria revoluciono la sociedad económica occidental, El abundante carbón ingles dio homogénea en las industrias que las colonias estaban ansiosas de recibir, a cambio de las materias primas para la industria y de los alimentos para los obreros ingleses. El carbón de estas zonas y un poco más lejos, hacia el interior, dio origen a más de la mitad de una docena de distritos industriales de primera importancia.
El imperio Británico se ha desenvuelto como una parte integral del carácter especifico de las Islas Británicas. La utilización de la electricidad y del petróleo ha retrasado el papel de la economía de Gran Bretaña, a causa de que las islas poseen poca fuerza hidráulica y nada de petróleo.
La estructura geopolítica del Imperio Británico
La capital imperial, Londres, no es más que el agradecimiento de la misma capital del valle inferior de Támesis. Paulatinamente, vino a ser la capital de la llanura inglesa, de toda Inglaterra y Gales. Esta creciente flexibilidad es la que ha capacitado a la llanura inglesa para absorber en su vida política a los complejos componentes del imperio.
a)Los dominios autónomos de las latitudes medias
Una parte de la expansión del poder británico en ultramar ha sido de los emigrantes de Gran Bretaña que establecieron nuevos hogares en el nuevo Mundo.
Para Inglaterra el resultado ulterior de la revolución Americana ha sido la depuración de su conducta hacia las colonias de latitudes medias. La buena voluntad británica en el sentido de permitir que sus colonias de poblamiento continuaran su evolución, unida al natural sentimiento de lealtad de parte de ellas hacia la metrópoli de la cual había surgido, origino un nuevo concepto de la administración colonial.

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