La primera Guerra mundial
El 28 de junio de 1914 Francisco Fernando, heredero del trono austrohúngaro, y su esposa fueron asesinados en Serbia. Unos días después, Austria le declaro la guerra a Serbia, y los ejércitos alemanes, británicos, franceses y rusos se movilizaron para defender a una u otra parte. El asesinato del príncipe austriaco fue el pretexto que desencadenó la Primera Guerra Mundial.
Nadie imagino, ni siquiera los políticos y militares, que las consecuencias de los enfrentamientos de estos países tendrían repercusiones mundiales. Pero así fue. De una u otra forma esta guerra, seguida de un periodo de crisis, y la que le seguiría, es decir, la Segunda Guerra Mundial, afectaron todo el planeta.
Los imperios y las potencias se repartieron el mundo. Y aunque Alemania se había echo de algunas colonias en África (Togo, Camerún y Tanganica) y Oceanía (Nueva Guinea y las islas Bismack, Carolinas y Marianas), e Italia de otras en África (Libia, Eritrea y Somalia), la burguesía y los políticos de ambas naciones pensaron que habían llegado tarde al reparto y que eso era injusto.
A fines del siglo XIX y principios del siglo XX, eses imperios y potencias industriales entraron en dura competencia para apoderarse de más colonias y mercados a fin de acrecentar el poder y los capitales de sus empresas. Para ello, equiparon cada vez mejor a sus ejércitos e inventaron armamento más efectivo, es decir, capaz de matar a más gente en menos tiempo.
Aunque en esos años se celebraron dos conferencias en La Haya (Holanda) orientadas a mantener la paz, estas consiguieron muy poco. Los fabricantes de armas sabían, que las guerras eran un negocio my redituable pues todos los artefactos diseñadas para ellas se consumían con rapidez. De este modo, al margen de las conversaciones, cada potencia siguió invirtiendo grandes capitales en la manufactura de armamento; por eso a este periodo se le llamo Paz Armada.
Hacía ya algunas décadas que los imperios Austrohúngaro, ruso y alemán habían establecido alianzas con el fin de ayudarse económicamente con préstamos e inversiones, aumentar su potencial bélico y apoyarse en caso de agresión. Además, Italia, enfrentada a Gran Bretaña y Francia en su lucha por adquirir colonias, se había acercado a Alemania; Francia e Inglaterra compartían proyectos similares; y Rusia y Francia habían sellado algunos acuerdos.
Aparte de las alianzas, existían enfrentamientos entre las potencias como resultado de invasiones o anexiones territoriales, negociaciones en el reparto de las colonias o disputas entre compañías privadas de una y otras naciones. En la lucha por el dominio de la tierra y los mares el tono de la violencia subió cada vez más. De esta forma, se podían observar dos grupos: la Triple Entente (Francia, Inglaterra y Rusia, a las cuales posteriormente se les uniría Bélgica, Etcétera) y la Triple Alianza (Alemania, Austria-Hungría e Italia, los imperios centrales, a las cuales posteriormente se les uniría Turquía, Bulgaria y Japón). El pueblo alemán heredo y desarrollo ideas de superioridad racial.
A fines del siglo XIX, algunos científicos ingleses, en particular Francis Galton (1822-1911), recomendaron promover la reproducción de las familias prominentes o acomodadas con el fin de limpiar el mundo de gente “pobre y tonta”. Según este tipo de teorías, la inteligencia era algo biológico, innato o nacido con el sujeto, de modo que era necesario aplicar un plan de control de la natalidad encaminado a la eugenesia o búsqueda del “mejoramiento de la raza” mediante la esterilización de quienes no cumplían con las características raciales que se buscaba promover.
La idea de la superioridad de la “raza blanca” fue uno de los ingredientes centrales del nacionalismo, el cual defendía que la propia nación había sido elegida por Dios, por una fuerza sobrenatural o ajena a un al mundo terrenal, para dominarlo.
TRATADOS DE PAZ
Tras el conflicto, se firmaron varios tratados de paz por separado entre cada uno de los vencidos y todos los vencedores, con excepción de Rusia, que había abandonado la guerra en 1917. Al conjunto de estos tratados se le conoce como La Paz de París(1919-1920).
Versalles: Firmado el 28 de junio de 1919 entre los aliados y Alemania. El antiguo territorio del Imperio alemán fue cortado en dos por el Corredor polaco, desmilitarizado, confiscadas sus colonias, supervisado, condenado a pagar enormes compensaciones, que terminó de satisfacer casi un siglo después, en el 2010, y tratado como responsable del conflicto. Este tratado produjo gran amargura entre los alemanes y fue la semilla inicial para el próximo conflicto mundial. Con este tratado también fue creada la Sociedad de Naciones.
Saint-Germain-en-Laye: Firmado el 10 de septiembre de 1919 entre los aliados y Austria-Hungría. En este tratado se establecía el desmembramiento de la antigua monarquía de los Habsburgo, el Imperio Austrohúngaro, y Austria quedó limitada a algunas zonas en las que se hablaba solamente el alemán.
Sèvres: Firmado el 10 de agosto de 1920 entre el Imperio Otomano y los aliados (a excepción de Rusia y Estados Unidos). El Tratado dejaba a los otomanos sin la mayor parte de sus antiguas posesiones, limitando sus territorios a Constantinopla y parte de Asia Menor.
Trianon: Acuerdo impuesto a Hungría el 4 de junio de 1920 por los aliados, en el que se dictaminó la entrega de territorios a Checoslovaquia, Rumania y Yugoslavia.
Neuilly: Firmado el 27 de noviembre de 1919 en Neuilly-sur-Seine (Francia) entre Bulgaria y las potencias vencedoras. De acuerdo con lo estipulado en el tratado, Bulgaria reconocía el nuevo Reino de Yugoslavia, pagaba 400 millones de dólares en concepto de indemnización y reducía su ejército a 20.000 efectivos. Además, perdía una franja de terreno occidental en favor de Yugoslavia y cedía Tracia occidental a Grecia, por lo que quedaba sin acceso al Mar Egeo.

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