martes, 7 de mayo de 2013

Equipo #11 Periodo entreguerras


Perdido entreguerras
La situación de Europa a partir de 1019
En primer lugar, los ajustes, que se dieron en los países europeos como secuela de la Gran Bretaña y sus acuerdos de paz, la euforia vivida en Estados Unidos que desembocaría en una gran crisis económica, así como los acontecimientos políticos he ideológicos que transformaron a Rusia como legado de su Revolución.  


Alemania.
El Tratado de Versalles, además de prohibir a Alemania la unión con Austria e imponer el pago de grandes sumas de dinero por reparaciones de guerra, la despojaba de importantes territorios: por el oeste, la nación germana perdió Alsacia y Lorena, que se reintegraba a Francia, a la vez que en la porción  oriental, con el fin de garantizar el acceso a Polonia al mar Báltico, se creaba el corredor polaco que bordaba el puerto alemán de Danzig, separando la Prusia oriental del resto del país. Además se despojaba a Alemania de sus colonias en áfrica y de los dominios insulares en el pacifico, los que pasaron a formar parte de Australia, nueva Zelanda, Japón, Francia y Gran Bretaña. El interior de sus fronteras la economía había decaído y la población estaba envuelta en un mal generalizado, Francia exigía el pago correspondiente a las reparaciones y junto con Bélgica, desplazo su ejército hacia territorio alemán para quedarse con los beneficios del Ruhr. El gobierno británico se inmiscuyo y por su intermediación el gobierno de Estados Unidos también lo hizo, comprometiéndose ambos países en un proyecto para que Alemania pudiere hacer frente a sus compromisos. Fue propuesto el Plan Dawes para la reactivación de la economía alemana, que proponía el pago de los alemanes en periodos anuales, Alemania recibiría un crédito de 800 millones de marcos ±oro para impulsar su recuperación.

Austria
Después de firmado el armisticio que ponía fin a la guerra, el emperador Carlos I fue obligado a abdicar, y a Austria, reducida a un estrecho territorio, se convirtió en Republica Federal  Despojado de las zonas industriales de Bohemia y Moravia, este país perdió además el gran mercado interno, por esto se quería unir a Alemania  Pero los países vencedores no juzgaron apropiada la fusión de las potencias perdedoras y prohibieron tal unión en los tratados de paz.



Hungría
A cinco días de disuelto el Imperio Austro-Hungaro, se proclamo la Republica democrática Húngara. En marzo de 1919,  una sublevación dirigida por Béla Kun derroco al gobierno de Haroly e instauro la republica de los consejos, bajo un régimen comunista, pero después esta fue derrocada unos meses después.  Una ves derrocado el gobierno comunista , la aristocracia  intentó restaurar la monarquía con la dinastía de los Habsburgo en el trono, pero tal iniciativa fue rechazada por los países aliados.

Polonia
Con la firma del Armisticio de Compiégne,  el Gobernador von Beseler cedió el poder al General polaco  Józef Pilsudski el  11 de noviembre de 1918 . Esta migración de poder significó el establecimiento del primer estado polaco independiente en más de doce décadas. Luego de una sublevacion polaca en territorios de Alemania, Polonia ganó más terreno. En el Tratado de Vesalles, se reconoció internacionalmente la independencia polaca, y su frontera occidental fue definida, siendo la creación de un corredor polaco una de las innovaciones más polémicas. Si bien Polonia estuvo en paz con Alemania, su integridad territorial estaba lejos de ser segura.
En efecto, algunas regiones pobladas por ucranianos  dentro de Austria-Hungría declararon sus intenciones de independizarse bajo el nombre de la Republica Nacional de Ucrania Occidental, en octubre de 1918. Dichas regiones incluían a Galitzia, la Rutenia Transcarpática y la Bukovina. La Republica Popular Ucraniana  había negociado secretamente dichos territorios con los austro-húngaros desde febrero del mismo año, siendo decepcionada finalmente. La mayoría polaca en Leópolis, capital del nuevo estado, no deseaba formar parte de una Ucrania occidental, e iniciaron un levantamiento anti-ucraniano. Dicho levantamiento recibió rápido apoyo polaco, lo que motivó a que las dos repúblicas ucranianas se unieran en enero de 1919. Esta unión fue simbólica, ya que no significó ninguna mejoría para la situación militar de los ucranianos de la Galitzia. Para julio de 1919, los ejércitos ucranianos fueron derrotados y los territorios de la Ucrania occiental fueron asimilados por Polonia. Dicha anexión no sería reconocida por la Sociedad de Naciones  hasta marzo de 1923.

Yugoslavia
 En política internacional, el país mantuvo sus alianzas favorables a los vencedores de la Primera Guerra Mundial (en especial con Francia), entre los que se contaba, pero, desde mediados de la década de 1930, fue estrechando relaciones, especialmente económicas, con las potencias fascistas. Muy dependiente del comercio con estas y de sus pertrechos, al estallar la guerra declaró su neutralidad. Fue quedando rodeada por naciones hostiles aliadas con Italia y Alemania, que aumentaron su presión sobre Yugoslavia para que se uniese a ellas, cosa que acabó haciendo ante la falta de ayuda Aliada en marzo de 1941, aunque de manera condicional. El disgusto de parte del Ejército y de la población por la alianza con los italo-germanos llevó a un golpe de Estado que acabó con la regencia y precipitó en pocos días la invasión del país, que no se pudo evitar. El Gobierno real partió al exilio en Gran Bretaña y el país fue dividido por los invasores, manteniendo su unidad sólo de manera formal y por la negativa de los Aliados a reconocer el reparto del territorio por el Eje.
Económicamente el reino comenzó con una dura depresión económica debido a la crisis agrícola mundial de finales de la década de 1920 y la llegada de la Gran Depresión a Yugoslavia. A mediados de la década siguiente se produjo una cierta recuperación y mejora de la situación en el campo y de desarrollo de la industria, aunque no fue suficiente para mejorar de manera notable el nivel de vida de la población, que crecía rápidamente. Los preparativos para la guerra volvieron a empeorar las condiciones de vida de la población y la economía nacional, muy dependiente del Eje.

Rumania
Rumania ocupo Besarabia y fue ratificada en una posición por los aliados, aunque Rusia se negó a reconocer la soberanía rumana del área. De esta manera, el país obtuvo más del doble de superficie, configurándose la Gran Rumania como una monarquía que, en un intento por avanzar hacia la democracia, estableció el sufragio universal, y realizo  algunas reformas agrarias. El intento demográfico fracaso debido a conflictos políticos internos y el gobierno tendió a centralizar el poder, manipulando las elecciones parlamentarias sobre una población que tenía aproximadamente 50% de analfabetismo.
Checoslovaquia
El período entre las dos guerras mundiales vio el florecimiento de la democracia en Checoslovaquia. De todos los nuevos estados establecidos en el centro de Europa después de 1918, sólo Checoslovaquia conservaba un gobierno democrático hasta que estalló la guerra. En 1920 se instauró su constitución que establecía una democracia parlamentaria. La persistencia de la democracia sugiere que Checoslovaquia estaba mejor preparada para mantener la democracia que otros países de la región. Por lo tanto, a pesar de las disparidades regionales, su nivel de desarrollo era mucho más alto que la de los estados vecinos. La población en general sabía leer y escribir, y contenía los grupos menos alienados. Bajo el mandato de Masaryk, los políticos checos y eslovacos promovieron condiciones progresistas sociales y económicas que sirvieron para calmar el descontento.
El ministro de relaciones exteriores Beneš se convirtió en el principal arquitecto de la alianza de Checoslovaquia, Rumania y Yugoslavia, cuyo objetivo era mantener la situación en la cuenca del Danubio, frenando los intentos de Hungria para recuperar las áreas perdidas. Beneš trabajó también en estrecha colaboración con Francia. Mucho más peligroso era el elemento alemán, que después de 1933 se convirtió en aliado de los nazis en Alemania. El creciente sentimiento de inferioridad entre los eslovacos, que eran hostiles a los checos, más numerosos, debilitó la unidad del país a finales de 1930. Muchos eslovacos apoyaron entonces un movimiento nacionalista extremo y dieron la bienvenida al El estado Eslovaco, títere de la Aleman Nazi y creado en virtud del control de Hitler en 1939.
Turquía
Por el Tratado de Sèvres, firmado en agosto de 1920, el territorio que permanecía en manos turcas englobaba parte de Anatolia central y septentrional, mientras que se establecían zonas de influencia francesa e italiana, se autorizaba la independencia de Armenia y el acceso a la autonomía de la Región Cultural Kurda, la zona de los estrechos quedaba internacionalizada y Grecia obtenía Tracia y la región alrededor de Esmirna (Izmir). El ejército griego ocupó Izmir en 1922 y extendió su acción por Anatolia suroccidental con el apoyo aliado. En reacción a los tratados de paz y a la invasión de Grecia, surgió un movimiento nacionalista turco en Anatolia bajo el mandato de Mustafá Kemal Atatürk. Durante la guerra de la Independencia turca (1918-1923) Atatürk expulsó a las fuerzas de ocupación griegas, inglesas, francesas e italianas y consiguió firmar el Tratado de Lausana (1923) según el cual las zonas turcas de Tracia oriental y Anatolia formarían parte de un único Estado. Tras esta victoria, se proclamó la república con capital en Ankara y en 1923 se abolió el sultanato.

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