martes, 7 de mayo de 2013

Equipo #13 La gran depresion


La crisis de 1920 y sus consecuencias en Europa y América

Antecedentes: Estados Unidos en la década de 1920
La etapa de prosperidad
El fin de la Primera Guerra Mundial introdujo a los estadunidenses en una época de brillante e inmediata prosperidad, que trajo consigo un nuevo estilo de vida.
En la nueva fase del aislamiento nacionalista, la sociedad estadunidense se cerró al exterior y se negó a permitir la entrada a personas de diferentes nacionalidades, al tiempo que aumento el odio racial. El intercambio por reforzar las tradiciones puritanas llevó al gobierno estadunidense a adoptar medidas moralizantes como la prohibición del alcohol o “Ley seca”.

La política estadunidense en la década de 1920
La política estadunidense estuvo dominada por el Partido Republicano, integrado por miembros de la alta clase de hombres de negocios, quienes hicieron del gobierno un instrumento de las grandes empresas.

La gran depresión
Signos precursores de la crisis
Detrás de la apariencia de brillante prosperidad en que vivía Estados Unidos, se encontraban ciertos aspectos negativos para la economía estadunidense.


Comienzo de la crisis
Con el desplome de la Bolsa de Valores de Nueva York, el jueves negro (24 de octubre de 1920), surgió una situación de verdadero pánico que provoco la posterior crisis bancaria. La política de austeridad de Habert Hoover no pudo solucionar la crisis, sino que produjo un efecto contrario.

Extensión de la crisis económica
La grave crisis económica iniciada en el otoño de 1920 no solo afecto a la población estadunidense sino que se extendió a otros países, sobre todo a los que dependían de crédito de Estados Unidos. Al retirarse los capitales extranjeros colocados a corto plazo, los banqueros de este país trataron e obtener dinero con el fin de pagar a sus desesperados clientes, situación que los obligo a repartir los fondos que mas fácilmente podían sacar de algunos deudores y también a regresar los capitales invertidos en otras naciones.

Gran Bretaña durante los años de la Depresión
En Gran Bretaña, ante la fuerte oposición hacia el programa del ministro Ramsey McDonald para dar solución a la crisis, se formo un gobierno de coalición de todos los partidos para buscar juntos las medidas que les permitieran superar ese conflicto.
El Estatuto de Westminster (1931) reconocía la plena igualdad de los dominios británicos con Gran Bretaña y establecía la libre asociación de Estados soberanos, unidos por una común fidelidad a la Corona, pero no sujetos a ningún tipo de relación subordinada.

Francia, depresión económica y gobierno del  Frente Popular
La Gran Depresión llego a Francia más tarde que a otros países, pero la crisis fue más prolongada debido, en parte, a los frecuentes cambios de gobierno. En las elecciones de 1936 en Francia, el Frente Popular, de orientación izquierdista, pudo llegar al poder bajo el liderazgo del socialista León Blum, quien introdujo un amplio programa de reformas sociales. Después de que Blum renunciara, la coalición del Frente Popular se desintegro y una coalición de socialistas radicales y conservadores formo un nuevo gobierno bajo la presidencia de Edouard Daladier.
Francia se acercaba a la guerra en las peores condiciones, debilitada en su economía y políticamente dividida.

Efectos de la Gran Depresión en América Latina
En América Latina, la paralización de las inversiones del capital extranjero tuvo efectos de particular gravedad en las naciones de reciente despegue económico, como Chile, México y Brasil.
La depresión mundial también afectó los sistemas políticos latinoamericanos, al ponerse en duda la efectividad del modelo de crecimiento basado en la exportación-importación, con el consecuente descrédito para los gobernantes.
La mayoría de los gobiernos latinoamericanos considero la industrialización como el camino más adecuado para enfrentar los efectos de la crisis mundial, con un nuevo modelo de crecimiento basado en la sustitución de importaciones.

El New Deal: respuesta de la crisis en Estados Unidos
La política del New Deal consistía, fundamentalmente, en aumentar el poder de compra de los consumidores, aun a costa de producir un déficit en el presupuesto del Estado.
La nueva política de Roosevelt encontró resistencia en las clases sociales conservadoras, quienes se oponían a ella con el argumento de que el gobierno se excedía en sus atribuciones y ponía en peligro la libre empresa.
La reelección de Roosevelt en 1936 dejo ver que la mayoría del pueblo estadunidense aprobaba su programa; para 1937 lo más agudo de la crisis había quedado atrás, aunque todavía no se alcanzaba la prosperidad económica.


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